NAVIDADES DIFERENTES

¿Relaciones diferentes?

Algunas recomendaciones para abordar estas fiestas

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Nadie duda que estas Navidades serán diferentes. Nada es igual desde que la pandemia irrumpió en nuestras vidas en marzo de 2020.  

El año anterior en estas fechas nos preguntábamos si queríamos reunirnos con los familiares en esas Navidades. Este año con la pandemia,  la necesidad de vernos con nuestras familias o amigos se ha potenciado, ante tanta distancia, confinamiento y ausencia. Fluye con más intensidad la necesidad de tocarnos, abrazarnos, besarnos con nuestros seres más queridos. Sin embargo, el mensaje oficial es paradójico, contradictorio y por lo tanto nada claro. Ante la incidencia vertiginosa del aumento de casos del Covid-19 en toda Europa y por lo tanto en España, se está planteando la posibilidad de cancelar las fiestas de Navidad a fin de evitar contagios, es decir no reuniones en sitios cerrados, no reuniones de personas no convivientes y, por lo tanto, no desplazamientos. La última palabra aún no está dicha y todos estamos a la espera de comunicados oficiales para saber qué hacer.

Este año debido a la pandemia tendremos la opción de celebrarlo con unos pocos de forma presencial, pero también nos podremos reunir colectivamente a través de las plataformas digitales, para así dar también nuestra muestra de calidez y cercanía a pesar de la distancia.

Muchos de nosotros tendremos deseo de saltarnos las normas que el Gobierno nos marcará para estas Navidades y por lo tanto reunirnos con más gente de la pautada,  otros no querremos ver a ningún familiar o amigo fuera de los convivientes por el miedo o temor al contagio, otros no tendremos interés en reunirnos con la familia por razones muy diversas e incluso otros pasarán las Navidades más solitarias de su vida.

Está claro que la emoción del miedo al contagio es válida, natural y libre y que la elección de reunirnos o no con nuestros familiares o amigos también lo es.

Vemos conveniente y necesario invitar a nuestros mayores a las reuniones familiares, dado que eso les ayudará a estar en contacto y sentirse psicológicamente mejor durante estas fiestas y a nosotros como familiares o amigos nos hará más humanos, aunque tenemos que ser cautos y si la decisión oficial es no reunirnos, debemos cumplirlo estrictamente a pesar de nuestros deseos. La decisión de muchas familias o individuos de no querer reunirse más que con los convivientes es respetable e igualmente válida.

Este año todo será diferente, incluida la opción de reunirnos. Lo que no cambiará serán nuestras intenciones y deseos de cómo queremos pasar las Navidades y cómo comenzar este nuevo año.

«La forma de afrontar estas fiestas supondrá un desafío, tanto a nivel individual, de pareja y familiar.»

¿Cómo queremos comportarnos en estas celebraciones o encuentros familiares?

Así como decimos que en una relación de pareja con el amor no basta, de igual forma podemos decir que en una reunión familiar con pandemia con la reunión no basta. Habrá reuniones y reuniones…

Considerando que estas fiestas no serán iguales para todos, la forma de afrontarlas supondrá un desafío, tanto a nivel individual, de pareja y familiar. No todo el mundo está igualmente afectado tanto psicológica como físicamente por la pandemia.

¿Qué grupos en estas fiestas presentan mayor riesgo o problemas emocionales?

  1. Trabajadores sanitarios y aquellos que estuvieron en primera línea, debido a la posibilidad de contagio que pueden presentar
  2. Familiares de personas fallecidas
  3. Enfermos que estuvieron o están graves
  4. Grupos de edad mayores de 70 años y sus familias
  5. Familias que sufren otros tipos de enfermedades como cáncer, diabetes, enfermedades cardiovasculares, etc.

¿Quiénes son los que se ven afectados por graves estresores secundarios de la pandemia?: (Son el grupo más numeroso)

  1. Personas que han perdido su empleo o sus recursos económicos, los que pensaban que iban a poder recuperarse y esto no ha ocurrido.
  2. Grupos de convivencia que ven agravadas sus situaciones problemáticas interpersonales o individuales emocionales graves (familias o parejas con problemas relacionales, de violencia, personas que sufren un trastorno psicológico o psiquiátrico y han experimentado un empeoramiento de su situación, etc.).

En estas fiestas es necesario destacar que los negacionistas de la pandemia son núcleos perjudiciales que atentan contra la salud pública de cada uno de nosotros.

Dicho esto,  apelamos a la responsabilidad social, ya que no habrá policía en nuestras casas para verificar las pautas acordadas por el Gobierno. El policía, el educador o la persona responsable es usted y el conjunto de su familia. Eso hablará de nosotros como una sociedad avanzada y con conciencia humanitaria.

Para una gran mayoría será un momento de encuentro diferente, cálido y muy apreciado con los seres queridos, sea la reunión virtual o presencial. Si la comunicación de la familia es satisfactoria, las emociones de alegría o expresiones de miedo o frustración se darán natural y espontáneamente, dado que la comunicación de estas familias será abierta y asertiva. Por otro lado, si las relaciones familiares no son fluidas o armónicas, estas fiestas pueden agravar aquellos conflictos, secretos o problemas latentes que aún no están resueltos.

La pandemia durante las Navidades se colará en cada uno de nuestros comportamientos. ¿Qué respuesta le daremos a un familiar que está triste, sin ánimo y que se ha quedado sin trabajo y con pocas probabilidades de conseguirlo en lo inmediato?, ¿cómo escucharemos atentamente a aquellas personas que han pasado un ingreso o estuvieron a punto de morir?, ¿cómo toleraremos a los familiares que quieran abrir las ventanas por miedo al contagio?, ¿qué actitud tendremos ante familiares que nos comunican que se quieren mudar a pequeñas ciudades o pueblos porque la situación de la pandemia se les ha hecho insostenible en su ciudad?.

Es esencial encontrar un equilibrio entre la propia intimidad, las actividades compartidas y la comunicación de los temores o preocupaciones que puedan ir surgiendo. No todo es miedo, no todo es incertidumbre, no todo es ansiedad y depresión, aunque es normal que aparezcan e irrumpan estas fiestas.

«Estas fiestas nos podremos reunir colectivamente a través de las plataformas digitales, para así también dar nuestra muestra de calidez y cercanía a pesar de la distancia.»

Recomendaciones para afrontar algunas dificultades durante las fiestas

  • Es necesario hacer un ritual recordatorio tanto de los fallecidos, como los que están sufriendo severamente el Covid-19 como forma de pertenencia y solidaridad con la comunidad, sean o no familiares nuestros.
  • Si ha habido una muerte cercana por el Covid-19, si algún familiar o amigo está hospitalizado, o algún familiar se encuentra en alguna residencia, es normal que esto ocupe un lugar considerable o diferente. Cada familia decidirá el tiempo y el espacio con el que va a afrontar su realidad en este tema en estas fiestas.
  • Es importante transmitir a todos aquellos que están en situación de estrés o ansiedad por miedo al contagio que disponen de recursos psicológicos para poder afrontarlo, es decir que puedan identificar o manejar bien sus emociones. Una forma eficaz para alcanzar esto es hablar de los miedos y preocupaciones con la pareja, familiar o amigo si hay suficiente confianza, apertura y posibilidad de contención. Se recomienda evitar los juicios o críticas cuando una persona decide expresar sus inseguridades o ansiedades, y tratar de comprender por qué se siente así.
  • Es necesario explicar de manera adecuada a los niños y adolescentes la situación tal cual es, y darles un lugar en el que poder hablar de sus miedos, inquietudes o incertidumbres, adaptando siempre las conversaciones a su edad. En relación a los adolescentes, es necesario transmitirles que en lo posible no salgan en estas fiestas fuera del ámbito familiar, siempre intentando escucharlos y entenderlos, pero de la misma manera poniéndoles limites muy claros fundamentados en que muchos contagios se dan en grandes aglomeraciones como discotecas o restaurantes.
  • Tratar de disponer de un espacio físico en la casa al que se pueda acceder de forma individual cuando se necesite tranquilidad o privacidad. Esto será aplicable también a aquellas familias en las cuales los hijos vuelven a casa durante este periodo. Para ellos, las Navidades suponen una readaptación para poder convivir de la mejor manera posible.
  • Explotar la creatividad y el ingenio para pasar este tiempo con actividades tanto individuales, como de pareja o familia: preparar un menú distinto, realizar alguna actividad lúdica diferente, ver fotos antiguas, jugar en familia, ver películas, actividades al aire libre, son algunos ejemplos.
  • Vivir estas Navidades como una oportunidad para estar «más en familia» con las personas más queridas, disfrutando constructivamente de cada momento.
  • Estas Navidades a muchos de nosotros nos gustaría desplazarnos y reunirnos con la familia en otras comunidades, pero los desplazamientos estarán limitados o prohibidos por la situación de pandemia. Esto significará tolerar la frustración una vez más, pero será la oportunidad para un encuentro diferente con nuestra familia, parejas o amigos. Será una oportunidad para mostrar nuestra capacidad de resiliencia y solidaridad con la comunidad ante una situación grave como la que se está viviendo.
  • Otra recomendación es moderar específicamente el uso del alcohol y evitar el consumo de cualquier otro tipo de sustancias en estas fiestas a todos los niveles.
  • Es necesario en cada grupo familiar transmitir un mensaje de esperanza y resiliencia porque ya ha llegado la vacuna, lo que muestra una gran capacidad del ser humano en momento críticos de ponerse de acuerdo y afrontar las adversidades constructivamente. La vacuna no es ni un veneno ni un tóxico, sino un hallazgo creativo y científico de primera magnitud que nos va a permitir afrontar la vida más satisfactoriamente, si no pensemos en todas las vacunas que el ser humano ha desarrollado en la historia de la medicina en los últimos tiempos.

La pandemia nos ha vuelto más humanos, más amorosos, pero al mismo tiempo más exigentes y selectivos. La pandemia  nos ha hecho tomar otra dimensión del tiempo, dónde adquiere mucho más valor con quién y cómo empleamos dicho tiempo. La pandemia nos ha transformado en más resilientes y más empáticos con el sufrimiento del otro. La pandemia nos hace reflexionar sobre nosotros mismos, sobre nuestro sentido de la vida, sobre la calidad de relaciones que tenemos, sobre nuestros roles, obligaciones, pero también sobre el permiso que nos damos para emocionarnos ante tanto sufrimiento que ha vivido o vive nuestro entorno y a veces nosotros mismos.

La pandemia hará de estas Navidades unas “Navidades diferentes”, pero en cualquier caso seguiremos queriendo, cuidando y celebrando estos días tal y como llevamos haciendo toda nuestra vida. Prepararnos psicológicamente para afrontar de la mejor manera esta nueva realidad hace que la posibilidad de avanzar y progresar se convierta en una realidad.

¡Felices Fiestas!

Eduardo Brik

Director de ITAD  y Presidente de Terapias Sin Fronteras

 

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